Muchas veces nos preguntamos, los que estamos en este sector desde hace años, a cerca del motivo por el cual cuesta tanto vender un producto que tiene coste cero, como es el caso de la formación bonificada a empresas.
En un principio imaginé que era el trabajador que no quería formarse, viendo que esto no era real. Pensé en la segunda opición, los empresarios no quieren que sus trabajadores se formen. También me equivoqué.
El problema de la formación bonificada radica en la formación en sí. Todos ofrecemos lo mismo: Mismo catálogo, misma editorial, el mismo curso del año pasado con el nombre cambiado.
Desde dentro de una consultora, puedes afirmar que la gestión es la misma, más o menos transparente, y la venta más o menos agresiva.
En todo lo anterior mencionado radica el error u horror de la formación bonificada, SE VENDE, cuando la clave es la calidad formativa, todos apuestan a la venta de formación, al departamento comercial. A la vorágine del último trimestre del año.
Llegará el momento que los alumnos y las empresas se identifiquen con una persona. Con un gestor de formación especializado. Que no le venda un curso, sino que le programe formación, específica para su sector , para las necesidades de su empresa y de sus trabajadores. Donde los docentes valgan más que los recursos que emplean, donde el material fungible no sea un maletín y espejitos de colores, sino contenido.
Cuando la formación sea un éxito en nuestro sector. La formación Bonificada dejará de ser de oferta para pasar a ser de demanda
Nacerá otro concepto de Formación Bonificada
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